MI PRIMER ERIZO DE MAR
El Muñoz Tragaldabas / ‘En ocasiones escribo sobre comida’.
Estos días me ha llamado Esteban, del Café Bar La Comedia, para fotografiarle la serie de pinchos gourmet (como a mi me gusta llamarlos) que elabora para sus clientes. Me cita un día a la semana, normalmente sobre las 13:30, hora de vermú y menú, un buen momento para elaborar sus pinchos, fotografiarlos y ponerlos en barra para el cliente. Suelo fotografiarle tres o cuatro, no más, ya que la elaboración de solo uno de ellos ya es bastante costosa. Me saca los pinchos en barra, yo me los coloco en el lugar adecuado aprovechando la luz natural, porque es así como queremos mostrarlos. Esta ya es la tercera sesión de fotos que le hago y me ha ocurrido una cosa muy curiosa, ‘enresulta’ que como es la hora de comer voy con el estomago vacío y mi boca empieza a silabar en cuanto veo esas preciosidades en mis manos. Ya las dos primeras sesiones me fui muy triste por no haber podido probar al menos uno de esos delicatessen, así que en esta ocasión cuando terminé la sesión le pedí a Esteban un crianza para acompañar a esta maravilla de pincho ‘ERIZO DE MAR’. El que se inventó el dicho de que ‘la comida entra por los ojos’ era un sabio que seguro experimento en sus carnes todas la sensaciones estomacales y bucales que se activaron en esa media hora que estuve con esos mangares. Lo dicho, me sacó un crianzita y le pedí expresamente probar ese ‘erizo de mar’. Lo retiró de la bandeja de presentación ya que, para mi desgaracia, las piedritas decorativas me dijo que no se comían, solo eran decorativas. Lastima porque mis jugos gástricos ya habían mandado orden al cerebro de pillar una de esas y metermela en la boca (jajajajjjaajjajaj).
Bueno, cucharita y cuchillo en mano me lanzé a probarlo con decisión. El cascaron del erizo de mar hacía de recipiente de la maravillosa mezcla de ingredientes que lo llenaban: changurro, buey de mar, mantequilla, puerros y langostinos. Al llevarte a la boca la primera cucharada es una masa blandita que cruje al masticarla con una mezcla de sabores muy suaves, identificando rápidamente el marisco. Yo no acerté con el vino porque Esteban me dijo que se debía acompañar con un vino semi dulce, es algo que no preguntamos cuando pedimos un pincho, generalmente porque la bebida es lo primero que pides, así que de ahora en adelante lo haremos al revés, pedimos el pincho y preguntamos con que acompañarlo, vale?
Felices jugos gástricos y que la fuerza te acompañe por toda la galaxia de pinchos.